La yema del huevo puede comenzar a darse al bebe a partir del mes 10 aproximadamente. La clara hasta el año no podrá darsela.
El huevo es un alimento rico en proteínas que además son de un valor biológico muy alto.
La clara del huevo está formada por agua (en un 86%) y por proteínas de alto valor biológico, mientras que la yema es rica en grasa saturada e insaturada, colesterol y otros componentes grasos. En la yema podemos encontrar también hierro, fósforo, zinc, selencio y sodio, además de vitaminas A y D.
En cuanto a su composición, hablando de 100 gramos de alimento, el huevo tiene un valor calórico de 149 kcal y contiene 12,5 gramos de proteínas y 11,1 de grasa. Aporta también 500 mg de colesterol, 2,2 mg de hierro, 1,5 mg de zinc y 140 mg de sodio.
El huevo debe consumirse siempre cocido para evitar el riesgo de transmisión de enfermedades (básicamente la salmonella), evitando que quede crudo o semicrudo.
Son necesarios ocho minutos desde que el agua empieza a hervir para que el huevo quede bien cocido.
Una vez cocido, la yema puede mezclarse con algún puré, trocearla con carne, mezclarla con sopa, etc. En el momento en que el niño pueda comer tanto yema como huevo, pueden hacerse tortillas francesas, tortillas de patatas, huevos revueltos,...
En cuanto a la cantidad de huevos,
se recomiendan dos a la semana, ya que la
ESPGHAN recomendó no pasar de 300 mg al día de colesterol.
Para introducir la yema del huevo debe hacerse de la siguiente forma:
- Puré con 1/4 de la yema.
- Esperar 3 días
- Puré con 2/4 de yema.
- Esperar 3 días
- Puré con 3/4 de yema
- Esperar 3 días
- Puré con 1 yema entera
Cuando ya se hayan realizado todos los pasos anteriores y se haya probado la tolerancia correcta ya se puede dar al bebé en sus purés una yema entera que se sustituirá por la carne o pescado, es decir, cuando se
añade yema al puré no debe añadirse otra cosa porque la cantidad de proteínas sería exagerada.
Cuando nuestro bebé tenga 12 meses pasaremos a la introducción de la clara que se hará igual que la de la yema.